La famosa edad de los ¿por qué? En el camino hacia la autonomía, en el niño se promueve un estallido de preguntas y toda pregunta implica una acción de interpelar a un adulto 😱, poner en jaque su capacidad de escucha y su creatividad para responder🎲. Por lo tanto, las respuestas no pueden ser dilatadas, porque urge la curiosidad, terreno fértil para generar avidez hacia otros aspectos del conocimiento en un tiempo futuro. 🎈Las respuestas deberán resultar acotadas, ciertas y nunca desestimadas. Cuando la información es excesiva, se torna nociva y resulta imposible para el niño representar en su psiquismo la transmisión que parte del adulto. Si no se gesta un diálogo posible y el silencio o vacío de respuestas aquejan al niño se promueve en él una profunda inhibición y retracción en la necesidad de saber. Escuchar con atención, responder con naturalidad, en un lenguaje claro y entendible para el niño será un desafío adulto.
Lic. Rizzo, Macarena.